domingo, 13 de diciembre de 2009

Paradigma, teoría y marco analítico de nuestra investigación

TITULO Pobreza y exclusión social en Andalucía a través de la crisis económica global.

RESUMEN
Vamos a desarrollar el marco teórico a través del cual llevamos a cabo el estudio de la pobreza y exclusión social en Andalucía teniendo en cuenta la presente crisis económica.

Palabras clave: pobreza y exclusión social; Andalucía; crisis económica; marco teórico;

INTRODUCCIÓN

Esta entrada del blog expone el marco teórico utilizado para el estudio de la pobreza y la exclusión social en Andalucía teniendo en cuenta la crisis económica actual. En primer lugar exponemos el contexto en el que se ha desarrollado la investigación y en segundo lugar el paradigma, las teorías y el marco analítico seguidos. Aunque pueda parecer que están colocados a la inversa nos parece más explicativo y clarificador exponerlos siguiendo este orden.

RESULTADOS

En las sociedades occidentales avanzadas los conceptos de pobreza y la exclusión social son conceptos que han evolucionado en la segunda mitad del siglo XX, y que continúan el desarrollo de sus características conforme cambia la sociedad. En cuanto a la pobreza, se empezó estudiando solamente su dimensión económica, pero con el desarrollo de las sociedades del bienestar llegó el término de exclusión social que engloba al de pobreza y que tiene en cuenta otras dimensiones de la vida social, política y económica que permita a las personas llevar una vida digna y ser consideradas como partes de la sociedad.

Así, en este estudio vamos a tener en cuenta el concepto de pobreza y exclusión social como falta de acceso a instituciones básicas de la sociedad civil, teniendo en cuenta su desarrollo en la última crisis económica en la población andaluza.

La crisis económica en la que estamos inmersos ha intensificado y ampliado estos conceptos. No obstante, con anterioridad a esta crisis se ha producido la entrada paulatina y constante de las TICs en todos los ámbitos de la vida cotidiana, desde realizar una compra a hacer nuevos amigos o parejas, desde entretenimiento hasta transacciones mercantiles o financieras particulares. Este es un factor determinante a tener en cuenta en cualquier ámbito que se investigue y que queremos hacer notar que tenemos en cuenta también en nuestro estudio. El mismo soporte y metodología utilizados da cuenta de ello.

En este sentido, la evolución más significativa de concepto de exclusión social es el de exclusión financiera. Cada vez más familias están endeudadas y no tienen acceso a cuentas corrientes, productos financieros o tarjetas de crédito.

Una nueva evolución que prevemos es la exclusión digital. La capacidad para el manejo de las TICs además del acceso material a las mismas está creando la llamada brecha digital. Estar excluido en esta dimensión influye directa y exponencialmente en aspectos laborales y culturales, que desembocan una vez más en aspectos económicos.

El escalón que separa los incluidos de los excluidos se hace no sólo más alto sino más difícil de saltar, pues se requiere cierta especialización en TICs.

Las políticas públicas y el tercer sector se han desarrollado ampliamente y dejamos constancia de ello en nuestro blog. Sin embargo queda pendiente comprobar la eficacia de las medidas adoptadas. Nos queda la duda de si son respuestas enmarcadas dentro del sistema que sólo sirven para legitimarse a sí mismo, y no para el cambio social, político y económico que necesita la población andaluza.



Si tenemos en cuenta los paradigmas clásicos funcionalista, del conflicto y de la acción, nos situamos fundamentalmente dentro del paradigma del conflicto. Encontramos a la sociedad dividida básicamente en dos grupos los incluidos y los excluidos. Son diversos los motivos que pesan a la hora de que un individuo esté dentro o fuera, como los ingresos, la etnia, el género, orientación sexual o el nivel educativo, pero entendemos que el motor que mantiene esta división es el económico. Los desarrollos sociales, medioambientales o tecnológicos son rápidamente absorbidos por las elites que tienen el poder económico en su propio beneficio; por ejemplo, en cuanto a la concienciación del deterioro medioambiental por parte del grueso de la población y la consiguiente creación de productos “bio” para su consumo masivo, o a la potenciación de las TICs para el desarrollo y la innovación y su consiguiente apropiación por las multinacionales para el desarrollo del a vida cotidiana, creando la brecha digital, una nueva unidad de medida para estar dentro o fuera de la sociedad.

Nuestro estudio tiene por tanto una orientación macro; estamos estudiando la forma en que instituciones como la economía, la política o el tercer sector influyen en la sociedad creando o modificando las divisiones concretas de incluidos / excluidos socialmente. Sin embargo, es claro que la percepción de los individuos que vamos a catalogar en un grupo u otro puede ser bien distinta, no sentirse ni incluidos ni excluidos de nada; o es claro que la conciencia social -en el sentido de conjunto de valores compartidos que promueve una conducta- comporta acciones sociales y cambios, hasta el punto de la creación del tercer sector, por ejemplo. Pero para nuestro análisis utilizaremos indicadores y conceptos que sitúan a los individuos en las distintas posiciones de la estructura social.


Nuestra perspectiva enlaza con las teorías marxianas también en el sentido de que nuestro objetivo final es la proporción de herramientas para que se produzcan cambios políticos importantes y perdurables en el tiempo. Del mismo modo, y aunque no nos centramos en estudios de género, si compartimos la idea de las teorías sociológicas feministas en cuanto a la implicación de la sociología en el cambio político.

Asimismo nuestra perspectiva es global y tecnológica. Perspectiva global porque, aunque estudiamos la población andaluza, lo hacemos teniendo en cuenta que todas las sociedades del planeta están interconectadas y lo seguirán estando cada vez más. La política, la economía o las tendencias sociales pasan por nuevas entidades supranacionales no ya internacionales. Y perspectiva tecnológica porque las nuevas TICs están tan presentes en la sociedad en que vivimos que, al igual que la globalización, marcan un antes y un después en la comprensión de los cambios sociales y en la evolución de la sociedad.

El marco analítico en el que encuadramos la pobreza y la exclusión social es por tanto multidimensional y dirigido al cambio y a la mejora de la sociedad.


APROXIMACIÓN TEÓRICA DE LA EXCLUSIÓN SOCIAL Y LA POBREZA

Si nos referimos a cuáles son los orígenes del término exclusión social señalamos que gran parte de las aportaciones teóricas de la expresión ya han sido desarrolladas en épocas anteriores por clásicas figuras de la Sociología tales como Marx, Engels, Durkheim, Tonnies, Bourdieu y Parkin, haciendo especial incidencia en el alienamiento dual de la "clase social" y en la dinámica "dentro-fuera". Sin embargo, las atribuciones más recientes del concepto exclusión social se le atribuyen generalmente a Rene Lenoir (1974), director de la acción social que alerta a la opinión pública en su obra pionera Les exclus: Un Frangaise sur dix, (Los excluidos: un francés de cada diez) entendiendo como tal que en la actualidad el fenómeno de la exclusión social presenta rasgos y características singulares (Tezanos 1999: 13; Rubio y Monteros 2002: 21).

Silver (1994) realiza una descripción bastante clarificadora sobre la evolución del término. Argumenta que el discurso de la exclusión comenzó a debatirse en Francia durante el decenio de 1960 para formular referencias vagas e ideológicas a los pobres,
hablando de los excluidos (v.g. Klanfer, cit. en Silver, ibid.) y cómo el concepto de exclusión no llegó a difundirse mientras no sobrevino la crisis económica.

La autora nos explica en su libro que entre 1973 y 1996, la tasa de desempleo pasa del 2,7% al 12,7% de la población activa. Durante este periodo, la economía experimenta grandes mutaciones que contribuyen a transformar la imagen del mercado laboral. Ante la competencia mundial, la industria debe proceder a importantes y dolorosas reestructuraciones en la siderurgia, el textil, la construcción naval, la automoción y la química, que se traducen en numerosos expedientes de regulación de empleo. La automatización y el declive de las industrias que necesitan una importante mano de obra conducen a la desaparición de una parte importante del empleo poco cualificado.

El concepto de la exclusión social ha adquirido un papel primordial y creciente en los últimos tiempos, sobre todo desde el momento en que parece haber sustituido al clásico fenómeno de la pobreza. Se postula que "el creciente protagonismo de la exclusión en el debate político y social se debería también a las limitaciones de la definición de pobreza que manejan los economistas, claramente insuficiente para dar cuenta de la variedad de problemas que afrontan hoy en día los ciudadanos".

Uno de los primeros aspectos que caracterizan a la exclusión social: su aspecto multidimensional y multifactorial, frente al unidimensional del término pobreza. "Sus causas y manifestaciones no son únicas, sino que se expresan como un fenómeno poliédrico, formado por la interrelación de un cúmulo de circunstancias desfavorables, a menudo fuertemente interrelacionadas" (Plan Nacional para la Inclusión Social (2001),

La pobreza hace referencia a la carencia de recursos materiales suficientes para atender las necesidades básicas de una población determinada, que impide vivir de una forma digna. La noción de pobreza alude a "factores materiales cuantificables, a aquellos parámetros que en una sociedad pueden ser considerados en un momento determinado como el mínimo vital necesario para poder vivir adecuadamente. El pobre es el que carece de estos medios y, por lo tanto, lo es en un sentido contextual, en función del propio desarrollo global y de los estándares de la sociedad en la que vive" (Tezanos 1999: 17).
Si establecemos elementos comparativos entre los términos de pobreza y exclusión social podemos afirmar que aunque ambos pueden tener aspectos comunes, no necesariamente son sinónimos y a la vez tienen espacios de intersección, puesto que no conviene perder de vista "el papel fundamental que tiene en los procesos de exclusión social, así como el hecho de que la pobreza es, casi siempre, la forma a través de la cual se manifiesta la exclusión.
Ciertamente, la pobreza puede ser resultado de una exclusión política, social o cultural (por ejemplo, discriminación sexual o racial en el mercado de trabajo). Pero los prejuicios y discriminaciones sólo producen exclusión social, en última instancia, en la medida en que provocan incapacidad para lograr unos ingresos y un nivel de vida aceptables, generando una carencia de opciones y alternativas que los que no son pobres, aunque estén excluidos en algún sentido, pueden, sin embargo, disfrutar" (Tezanos 2001: 60).

La exclusión social se puede analizar y entender como un proceso multidimensional, que tiende a menudo a acumular, combinar y separar, tantos a individuos como a colectivos, de una serie de derechos sociales tales como el trabajo, la educación, la salud, la cultura, la economía y la política, a los que otros colectivos sí tienen acceso y posibilidad de disfrute y que terminan por anular el concepto de ciudadanía.
Según la Comisión de las Comunidades Europeas, dicho concepto alude "a la imposibilidad de gozar de los derechos sociales sin ayuda, en la imagen desvalorizada de sí mismo y de la capacidad personal de hacer frente a las obligaciones propias, en el riesgo de verse relegado de forma duradera al estatus de persona asistida y en la estig-matización que todo ello conlleva para las personas y, en las ciudades, para los barrios en que residen" (1992: 9).

Exponemos también la definición que Castells (2001) realiza del término exclusión social. Este la define como "... el proceso por el cual a ciertos individuos y grupos se les impide sistemáticamente el acceso a posiciones que les permitirían una subsistencia autónoma dentro de los niveles sociales determinados por las instituciones y valores en un contexto dado". Normalmente, "... tal posición suele asociarse con la posibilidad de acceder a un trabajo remunerado relativamente regular al menos para un miembro de una unidad familiar estable. De hecho, la exclusión social es el proceso que descalifica a una persona como trabajador en el contexto del capitalismo" (ibid.).

Otro aspecto importante de la exclusión social debemos entenderlo por oposición de los términos de integración e inclusión social como referentes alternativos. Siguiendo los comentarios de Tezanos (1999: 12), la expresión “exclusión social” implica, en su raíz, una cierta imagen dual de la sociedad, en la que existe un sector “integrado” y otro “excluido”. El estudio de la lógica de la exclusión social nos remite en primer lugar a todo aquello que en un momento dado determina la ubicación de los individuos y los grupos sociales a uno u otro lado de la línea que enmarca la inclusión y la exclusión”. Así pues, los excluidos se encuentran al margen de los procesos vincu-lados con la ciudadanía social, es decir, con aquellos derechos y deberes del ciudadano que tienen que ver con el bienestar de la persona (trabajo, salud, educación, formación, vivienda, calidad de vida,...).

De esos derechos, destacamos la dimensión central del trabajo en la exclusión social puesto que, “para la mayoría de las personas, el trabajo no sólo es el único medio de conseguir los recursos necesarios sino también su forma de participación social más im- portante” (Pérez, Sáez y Trujillo 2002: 59).


También añadimos que, además del trabajo, el factor educativo juega un papel importante en el proceso de exclusión social sobre todo si consideramos la estrecha relación que existe entre el nivel educativo alcanzado, la posibilidad de estar en una situación de desempleo y, consecuentemente, la obtención de un trabajo como mecanismo fundamental de integración social.

Joan Subirats y otros (2004) apostillan estas ideas y argumentan que en nuestra sociedad occidental y postindustrial, la plena integración social pasa por la participación de las personas en tres ejes básicos: el mercado y/o la utilidad social aportada por cada persona, como mecanismo de intercambio y de vinculación a la contribución colectiva de creación de valor; la redistribución, que básicamente llevan a cabo los poderes y administraciones públicas; y finalmente, las relaciones de reciprocidad que se despliegan en el marco de la familia y las redes sociales.

Finalmente, hemos de hacer alusión a las categorías de la exclusión social, que como hemos comentado, existe una diversidad de factores que pueden originar y causar los procesos de exclusión social, por tanto, también existirán “múltiples rostros” en los que converja una serie de circunstancias desfavorables y fuertemente interrelacionadas, provocadoras de esos procesos de exclusión.

La Fundación Encuentro (2001:XX) apunta tres grandes factores generadores de riesgo de exclusión social: “nuevos procesos demográficos, el impacto sobre el empleo de los cambios en la economía y en las empresas y los nuevos déficit de inclusividad del Estado del bienestar”, cada uno de los cuales tiene incidencia sobre las diferentes esferas que ya hemos comentado.

Dichos factores confluyen en una tipología de excluidos o de agentes sensibles de padecer exclusión social en nuestra sociedad, destacando la idea de que el establecimiento de una tipología es inevitablemente reduccionista teniendo presente que los factores pueden ser múltiples, fluctuantes y se pueden influir recíprocamente.

Sirvan estas líneas como el inicio de una necesaria reflexión sobre una problemática emergente y en expansión creciente en el contexto neoliberal actual que necesita también de su toma de conciencia y de actuaciones pertinentes o adecuadas, no solamente dentro del ámbito social sino, más concretamente, del ámbito educativo.


BIBLIOGRAFÍA:


- Lenoir, Renoir (1974). Les exclus: Un Française sur dix. París: Editions du Seuil. Artículo francés, hace referencia al libro de Rene Lenoir

- José Feliz Tezanos, libros relacionados

- Plan Nacional de Acción para la inclusión social

- Fundación Encuentro (2001). Informe España 2001. Una interpretación de su realidad social.Madrid

- Silver, Hilary (1994). Exclusión Social y Solidaridad Social: tres paradigmas. Revista Internacional del trabajo, Vol. 133 5-6: 607-662.

- Castells, Manuel (2001). La era de la información. Fin de milenio. Vol. 3, Madrid: Alianza Editorial.

- Pérez Yruela, Manuel, Hilario Sáez Méndez y Manuel Trujillo Carmona (2002). Pobreza y Exclusión Social en Andalucía. Córdoba: Instituto de Estudios Sociales de Andalucía. IESA

- Comisión de las Comunidades Europeas (1992). Hacia una Europa de la Solidaridad. Intensificación de la lucha contra la exclusión social y la promoción de la integración. Bruselas. COM (92) 542 final.

1 comentario: